EVANGELIO DE LOS ESENIOS, EL (II) Edmon B. Szekely

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. Cuando los hombres te pregunten a qué país perteneces, diles que no eres ni de éste ni de aquel país, pues en verdad es tan solo el pobre cuerpo el que nació en un determinado rincón de la tierra. Mas tú, Oh, Hijo de la Luz,perteneces a la hermandad que abarca a los cielos y más alláde los cielos. Del Padre Celestial descendió la simiente, nosólo de tu padre y de tu abuelo, sino de todos los seres queson engendrados en la tierra. En verdad, eres hijo de Dios, y todos los demás hombres son tus hermanos... Por lo tanto, os digo, no penséis en acumular bienes, posesiones, oro y plata mundanos, pues tan sólo traen corrupción y muerte. Cuanto mayor sea la acumulación de riquezas, más gruesos serán los muros de tu tumba. Abre por completo las ventanas de tu alma, y respira el aire fresco del hombre libre. Los ángeles de la Madre Terrenal te acompañan en el día y los ángeles del Padre Celestial te guían por la noche. En ti está la Sagrada Ley. No es apropiado que el hijo de un rey codicie una baratija. Toma tu sitio en la mesa de las celebraciones y cumple tu herencia con honor. Pues en Dios vivimos, nos movemos, y tenemos nuestro ser. Somos sus hijos, y Él es nuestro Padre...

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